Quise pensar en mil cosas antes de que llegue el momento de ir a la cancha,
pero no pude.
Quise dormir atado a la esperanza de que el cansancio me de un poco de paz,
pero tampoco.
Hay algo que siempre nos anda dando vueltas en la cabeza a los seres
humanos y es la incertidumbre: qué puede pasar, cómo, cuándo, en qué momento,
de que manera. Y fiel a mi estilo yo las
pensé todas, porque si algo me enseñó mi viejo es a analizar todos los
escenarios posibles ante un dilema.
Así viví esta semana, así anduve estos días. Con la gente que te quiere
deseándote lo mejor, algo que uno toma como una carga emocional (como si el
hecho de que las cosas salieran mal significara fallarles), con gente que te
desea lo mejor pero vos sabés que en el fondo están queriendo que pierdas, con
gente que habla y habla...
De todas las cosas que me tocó vivir al lado tuyo sin dudas ésta fue una de las más lindas.
Porque nos dio la posibilidad de viajar con la familia a Brasil, porque el
andar del equipo se comió a rivales pesados y porque el tema de ganar una copa
internacional de esta relevancia generaba un cosquilleo importante.
Por eso mi felicidad es tan grande. Porque fue en casa, otra deuda
pendiente. Porque fue con nuestra gente, con la ciudad hecha bandera por la
causa, porque fue real, autóctona y fiel. La ciudad se levantó para vivirlo, no
era joda.
Mil palabras no alcanzarían para graficar el agradecimiento eterno. Hacer
feliz a la gente no tiene precio.
Lloré muchísimo y seguiré llorando cuando vea videos y fotos y cosas y me
encuentre con gente que tiene la misma alegría que yo, porque somos miles los
que estamos en éxtasis.
Gracias eternas. No me lo voy a olvidar nunca en la vida. Gracias por
revivir la sensación del 2007. Porque este club lo merece mas que ninguno en el
país. Porque su gente lo merece porque te ama con el alma. Porque aún con
discrepancias entre nosotros, solo nos interesa Lanús porque para eso nacimos.
Gracias, de corazón. Te lo dice un boludo de ya 31 años que no puede parar
de llorar en cada foto, en cada repetición de los goles de ayer.
Hoy parece lejana la noche en la cancha de Platense donde antes de que
empiece el partido contra Huracán de Tres Arroyos agarré fuerte la camiseta y
juré que pasara lo que pasara yo siempre iba a estar con vos. Que si tocaba la
desgracia de irnos a la B, ahí me ibas a tener el primer partido contra
Deportivo la concha de mi madre de San Luis. En la bombonera, aquel 2 de
diciembre te volví a jurar lo mismo. Te pedí que salgas campeón pero que si no
pasaba yo iba a estar igual. Ayer me acordé de todas esas cosas un minuto antes
de que termine el partido, mientras miraba solo al árbitro para que lo termine
de una vez. Y fue hermoso volver a llorar con mi gente como aquellas veces.
Hoy lo vuelvo a repetir y lo haré las veces que sea necesario: Yo te amo,
Lanús. Y toda la vida voy a estar.
Gracias por esta alegría.
Sebastián.
1 comentario:
Excelente entrada, artículo muy interesante
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